¿Por qué se caen las hojas de los árboles en otoño?

 Al decir la palabra “otoño” seguro que inmediatamente te vienen a la cabeza las hojas caídas de los árboles, los colores marrones y anaranjados y ese crujidito que hacen cuando las pisas por la calle.



¿Por qué no se caen las hojas de todos los árboles?

No te habrá pasado desapercibido que algunos árboles pierden las hojas y otros no. ¿A qué se debe esta diferencia?

Como hemos dicho, la caída de las hojas en otoño es un sistema de autoprotección. Sin embargo, hay árboles perennes que resisten los climas fríos y con poca luz solar. Esto ocurre porque sus hojas tienen mecanismos de protección como ceras y resinas, que resistan la congelación y la fractura.


La caída de las hojas de los árboles es un sistema de autoprotección y ahorro que las plantas activan cuando las hojas ya no les sirven para hacer la fotosíntesis. A medida que caen sus hojas, la planta entra en un estado de baja actividad, con tal de reservar la energía para el momento de volver a florecer.

Además, al cambiar las hojas el árbol está llevando a cabo un proceso de reciclaje natural: las hojas en descomposición transfieren sus nutrientes a la tierra, que el árbol utiliza para que nazcan y crezcan las nuevas hojas en la siguiente primavera.

¿QUÉ ES LA FOTOSÍNTESIS?

En primer lugar, las hojas son unos órganos de las plantas que sirven para realizar la fotosíntesis, proceso químico mediante el cual los organismos vegetales utilizan la energía solar para producir las moléculas que necesitan para realizar sus funciones vitales.

Para hacer la fotosíntesis las plantas necesitan cuatro ingredientes básicos: luz solar, dióxido de carbono, clorofila y agua. En otoño las horas de luz disminuyen, además de que la radiación solar es más débil, por lo que las plantas dejan de hacer la fotosíntesis.

Por lo tanto, las hojas pierden toda su utilidad y la planta necesita dedicar más energía para mantener las hojas que la que éstas le reportan. 




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