Los Organismos Genéticamente Modificados este tipo de alimentos son aquellos que han sufrido una modificación genética.
El objetivo puede ser mejorar su aspecto y sabor, mejorar su producción o reducir el uso de productos químicos, entre otros.
Algunos de los alimentos transgénicos más conocidos (y consumidos son los siguientes:
- Maíz. Lo modifican para dotarlo de mejor sabor y color.
- Soja. Lo modifican para obtener más y de mejor calidad ante la creciente demanda mundial de la soja.
Este tipo de alimentos tiene sus pros y sus contras. Por una parte, tiene muchos beneficios: mayor protección frente a los virus, más nutrientes, mejora de la producción y, por consecuencia, menos necesidad de productos químicos en su cultivo, adaptación a condiciones ambientales extremas como sequías o inundaciones...
Por otra parte, también tiene una lista de contras, ya que puede poner en riesgo la biodiversidad (por ejemplo, que solo acabe existiendo un tipo de manzana), generar más resistencia bacteriana a los antibióticos... Y tampoco existe aún una teoría clara y demostrada sobre cuáles son los efectos que pueden provocar en la salud a largo plazo. Aquellos que defienden la agricultura tradicional tienen una posición radicalmente en contra, dado que afirman que tratar genéticamente los alimentos no es natural y que puede tener efectos negativos para nuestra salud.
Ya hace más de 10 mil años que los agricultores cambian la genética de algunos cultivos. Hace siglos, los agricultores cruzaban plantas para conseguir una mayor producción con mejor gusto, entre otras características. A partir de 1920, la forma de modificar genéticamente un alimento era mediante los productos químicos: la radiación cambiaba la semilla y podían crear aquello que quisieran. En la actualidad, los científicos modifican solo de uno a tres genes para conseguir la mejora deseada.
Tienen los mismos nutrientes que un alimento común, uno de los objetivos de las modificaciones es reducir la necesidad de productos químicos, por lo que el valor nutricional no tiene porqué verse afectado.
No son malos para el medioambiente, ya que al ser más resistentes, no hay que usar plaguicidas (venenos para las plagas que ´pueden afectar a una planta) por lo que hay menos contaminación del suelo.
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