Con la llegada de las redes sociales, se continúa con los hechos de violencias. No es que antes de las redes sociales no existiera el acoso, si cambió la forma de hacerlo.
Antes se formaban grupitos de amigos o amigas para dejar afuera a otros, o burlarse. Hoy se crean grupos de whatsapp, se suben a las redes fotos o videos que avergüenzan a otra persona, y mucha gente las comparte.
Para que haya bullying, se necesitan una víctima, el niño de que se burlan o golpean (violencia física o psicológica), el acosador (que produce el hecho de violencia) y los testigos.
Éstos últimos, si se llaman a silencio, cubren al acosador y son tan culpables como él. Son los que deben hablar en caso de que la víctima no lo hable, porque siente vergüenza o miedo. En las redes sociales, son los que comparten el material y rápidamente llega a cientos de personas.
Acciones de las instituciones educativas:
Prevención:
Desde la escuela N° 144 "José Garibaldi", en 6° año, estamos trabajando con las redes sociales, las ventajas y los riesgos que ellas generan. Sabido es que desde hace algunos años las relaciones entre personas ya no es exclusivamente presencial, sino que se hace también a través de las redes, debido a esto hay que tener una ciberconducata (buen uso de las redes sociales y otros aspectos de internet).
Desde nuestro lugar y con ayuda de las familias tratamos de educar a nuestros niños en el buen uso de las redes: manteniendo nuestra cuenta privada, no aceptar personas que no conozco, antes de compartir información de alguien consultarle si quiere que se sepa, no etiquetarlo en fotos sin permiso, no subir fotos o videos que avergüenzan al otro, no compartirlos, comentar de manera calmada para contribuir a un buen uso de la red, cuando te sientas molestado dirigirse a un familiar mayor o denunciar la cuenta que me está molestando.
Detección:
Es importante educar a las familias sobre la urgencia e importancia en la detección e intervención temprana del ciberbullying. La impunidad que puede ofrecer el ciberbullying, al permitir el anonimato del agresor puede ser un reforzador de la conducta del agresor que puede adoptar el chantaje y la manipulación como un modo de vida en todas sus relaciones sociales.
Los indicadores de detección por parte de la familia son cruciales, ya que el ciberbullying traspasa la realidad del contexto escolar y las primeras voces de alarma en la detección habitualmente llegan a través de las familias.
Indicadores de detección del ciberbullying
- Mostrarse triste y nervioso.
- Mostrarse desmotivado para asistir al centro escolar.
- Deterioro repentino de las relaciones sociales.
- Mostrar ansiedad e irritabilidad cuando usa las redes sociales.
- Escucharlo llorar mientras lee, observa o escribe en el ordenador.
- Obsesionarse con consultar el celular o la computadora sólo.
- Manifestarse triste y deprimido al consultar redes sociales, chats y otros.
- Haber tenido episodios de acoso en el centro escolar.
- Si el acoso es virtual, guardar los mensajes como pruebas.
Acción:
La acción es clara, primeramente hay que hablar con las familias. Ahondar en las búsquedas de las causas de las acciones del acosador, escuchar ambas versiones de lo sucedido, por ello, debemos ir a la prevención y detección, los pasos anteriores.
Observar las pruebas que tenga la víctima, apostar al diálogo, y ver de manera clara los acuerso sobre posibles sanciones que se pueden aplicar ante la situación.
SIEMPRE DEBEMOS COMENZAR POR LA PREVENCIÓN, DESARROLLAR UNA ÉTICA TANTO EN LA VIDA REAL COMO EN LA VIRTUALIDAD. CONFIAR EN NUESTROS HIJOS PARA QUE EL NÚCLEO DE CONVIVENCIA SEA CONFIABLE Y ELLOS SE PUEDAN ABRIR A CONTARNOS LAS COSAS QUE LE ESTÁN OCURRIENDO, TANTO BUENAS COMO LAS OTRAS.
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